Villarcayo tenía una iglesia de poco mérito y muy poca capacidad para el auge que estaba tomando la Villa y, en lugar de restaurarla, decidieron derribarla y construir en su lugar otra iglesia más capaz. se inaugura en el año 1968, siguiendo los cánones de la liturgia moderna. Está dedicada, como la anterior Santa Marina, Virgen y mártir. 

Tiene aspecto de tienda de campaña –“ la tienda del Señor”- plantada entre sus fieles. Es de una nave, luminosa, a través de las variadas vidrieras, con una cabecera ovalada, mucho más amplia formando capillas y ábside semicircular con saliente rectangular en el centro, con altas vidrieras. Tiene una amplia portada moderna triple adintelada, con Apostolado en mosaico: seis a cada lado, bajo un gran pórtico completamente abierto con columnas cilíndricas. 

Llama la atención su fachada sobre la portada, formando todo ella una vidriera al estilo del momento. Su torre es un campanil exento, de hormigón rematado, en tres cruces, con un solo hueco repartido para dos campanas y un campanillo. El arquitecto fue el burgales José Luis Gutiérrez Martínez Y las vidrieras son obra de Luis Francisco Prieto Blanco.