Barruelo

BARRUELO

IGLESIA DE LA MAGDALENA

El pueblo de Barruelo se sitúa en la falda de la sierra de la Tesla. La iglesia se dispone, en lo que parece una plazuela ocupando su centro, ligeramente elevada y rodeada por un muro de mampostería. Una nada desdeñable morera impide en primavera ver el escudo de los Diez de Isla que señorea en el exterior de su capilla funeraria.


Iglesia de estilo renacentista, con una única nave a la que se añade en su parte exterior la torre campanario a los pies y el pórtico de entrada. Destaca, sobre el muro de mampostería, el escudo de la familia Diez de Isla, la noble familia proveniente del cercano pueblo de Villalaín, donde se asentaba su señorío, palacio y ermita.
La nave cuenta con tres tramos, incluida la cabecera de testero plano, cubierta con bóveda de terceletes. A la izquierda, rompiendo la nave, un arco de medio punto da paso a la capilla funeraria de los Diez de Isla. Es la única capilla barroca de la Merindad.
A pesar del deterioro conserva no sólo el túmulo funerario con la escultura yacente del eclseiástico de la familia Diez de Isla, como indica el escudo labrado en el túmulo, sino que también conserva las lápidas fundacionales y el retablo, mandado dólar en 1681, como indica la inscripción que encontramos en él. Las inscripciones muestran que tanto la capilla como el altar estaban dedicadas a San Andrés, santo homónimo del licenciado que mandó realizar. El retablo se encuentra deteriorado y muestra en la hornacina central la figura de la Virgen, reutilizada; sin duda la figura que ocupaba ese espacio es la imagen de San Andrés que actualmente se encuentra bajo una hornacina en el muro de la izquierda. Conserva también la verja de madera que cerraba la capilla.


El retablo principal, también barroco churrigueresco, posee en el centro un enorme lienzo con la Magdalena con el torso desnudo arrodillada, con un grupo de ángeles que a su alrededor tocan instrumentos musicales. A su derecha, en una hornacina, se distingue la figura de San José con el Niño, a la izquierda San Juan Bautista, y debajo los relieves de la Anunciación y el abrazo a Santa Isabel. En el centro, el sagrario estuvo plagado de imágenes en hornacinas que hoy faltan por haber sido robadas.
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