La iglesia parroquial es de impresionante fábrica renacentista. Posee una única nave de gran altura que se divide en dos tramos, incluida la cabecera de testero plano. Las cubiertas se solucionan con dos bóvedas de combados curvos y rectos.

A los pies se dispone un coro doble, uno en la parte alta al que se accede por una escalera de madera, bajo él se sitúa la pila bautismal. 

Al lado derecho del altar, en el lado de la Epístola, se abre la puerta de acceso a la sacristía que se viste con bóveda con nervios que conservan policromía en rosa y azul.

El imponente exterior, caracterizado por la limpieza de formas de sus robustos muros, sólo rotos por la verticalidad de los contrafuertes, está construido en mampostería con sillar reservado para las esquinas, vanos y contrafuertes. Sobresalen además en el conjunto, el pórtico de entrada y la torre campanario a los pies. Bajo el pórtico descubrimos una portada clásica.

En el interior de la iglesia hallamos un sobrio mobiliario litúrgico. El retablo principal reserva su hornacina central para el santo patrón, San Lorenzo. A su derecha se dispone San Pedro y a su izquierda San Pablo. Sobre él, se localiza el remate con la Crucifixión: en el centro Cristo, a su derecha la Virgen y a su izquierda San Juan evangelista.

En el lado de la epístola existe un retablo neoclásico con la imagen de la Virgen con el Niño y San Miguel Arcángel.